Cuando salgas en el viaje , hacia Ítaca, desea que el camino sea largo, pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes, al irritado Poseidón no temas, tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.

Constantino Cavafis; ÍTACA; POEMAS CANÓNICOS (1895-1915)

...Habito en Ítaca, hermosa al atardecer...

Homero. Odisea IX,19





viernes, 8 de abril de 2011

Una de Monstruos



6:00 de la mañana.  A estas  horas mi mente aún no ha regresado del todo del mundo de los sueños .Voy  aceptando, no sin resistencia y de forma paulatina, este día naciente, con una mezcla de fastidio y expectativa: a ver si hoy consigo que disminuya la lista de tareas pendientes, logro poner algo de orden entre  mis contradictorias emociones y se cumple alguna de mis esperanzadas  peticiones.

Termino de despertar en un vagón de  Metro, en compañía de otros zombies. Me cuesta centrarme en el libro que tengo entre  manos, difícil de leer, por su prosa complicada, mi estado mental y  porque reclaman mi atención  los grandes titulares que se despliegan ante mi vista, un amplio resumen de prensa que cumple, además,  con la misión de ocultar los caretos deformados por el  sueño y  los bostezos descontrolados del pasaje. No hace mucho tiempo los titulares eran más variopintos. Hoy predominan los periódicos gratuitos, ¡Maldita crisis…!

“¡PÁNICO NUCLEAR!”  titula un panfletillo a muchas columnas. Los terremotos en Japón  y la alerta radiactiva ocupan las primeras páginas. Me recuerda aquellos llamativos  títulos  de las películas de nuestra infancia.  Yo era adepto de las películas de monstruos, grandes monstruos. No me gustaban aquellos monstruos de inspiración gótica, malvados y  que cabían bajo la cama..  Me gustaban los monstruos gigantes, como el Rey Kong  y toda la saga que le siguió. Recuerdo aquellas películas, preferiblemente en blanco y negro , en las  que la humanidad se enfrentaba a los monstruos gigantes, casi siempre  insectos, nacidos de la  radiactividad, que pugnaban con  seres de otros mundos por el protagonismo de cargarse a la humanidad. También aquellas películas de cine de verano que llegaban de Japón, a todo color, dónde la radiactividad creaba gigantescas amenazas. Sí, serie B, C e incluso D, todo lo que queráis pero a esa edad  no éramos “entendidos” en cine, así que nos las podíamos permitir.

Esta vez es real. No es un ataque de Gozzilla o alguna de sus secuelas. La Radiactividad no ha creado ningún monstruo. La radiactividad y sus residuos son el monstruo y no necesitan convertirse en un ser mitad dinosaurio, mitad ballena que lanza por la boca rayos caloríficos.  No es una película nacida de la  paranoia nuclear, es una realidad tantas veces advertida y temida que de pronto explota ante nuestras narices. Las seguras centrales no son tan seguras, lo son menos a medida que envejecen y las fuerzas de la naturaleza son inmunes a nuestra soberbia.

Un artículo  habla de los héroes de Fukushima. Hubiese sido el argumento ideal para uno  de aquellos largometrajes. Un grupo de héroes luchan hasta la muerte para salvar a los compatriotas del monstruo radiactivo. De seguir el guión tópico, en el momento crítico,  surgirá un héroe cuya inspiración y valor in extremis salvará al mundo y como premio besará, como poco,  a la protagonista. Pero esta vez los acontecimientos no parecen regirse por un guión cinematográfico.

Toda mi admiración por el valor y el sacrificio de estas personas. Admiración que  no puede ocultar la tristeza de esta realidad. Tristeza que no consuela en absoluto la evocación al Bushido, el código de honor Samurai pero que dignifica el acto, tantas veces repetido a lo largo de la historia en la que “unos pocos, hacen tanto por tantos”. Hablado de historia, también nos enseña que cuando hay que recurrir a  Kamikazes las cosas no están bajo el control del que se presume.

Hay más titulares. Más portadas. Más  monstruos. Uno de ellos aparece con las manos levantadas hacia el cielo prometiendo un BAÑO DE SANGRE  para acallar una revuelta. Uno de tantos monstruos que asolan el tercer mundo. A estos no les ha creado la radiactividad, sino la economía, que nada tiene que envidiar en cuanto a fuerza destructiva. Te preguntas que papel haría en la realidad  aquel elegante agente británico del cine especializado en truncar los sueños de conquista de este tipo de megalómanos. Creo que le costaría distinguir los buenos de los malos y de quienes mueven sus hilos respectivos. Le costaría horrores comprender cómo los títeres protegidos de antaño se convierten de pronto en los enemigos del mundo civilizado y viceversa.

Revueltas, muertes, víctimas, caos...”El hombre es un monstruo para el hombre”, sería la conclusión más acertada. Terremotos, tsunamis, crisis, guerras, hambre, plagas… parece que alguien se ha dejado abierto el libro de Apocalipsis y aquellos cuatro jinetes vagan a sus anchas por el mundo.  Puede que las profecías que contienen sus páginas no sean una amenaza, sino una advertencia – es una diferencia sutil - de la que hemos hecho  oídos sordos.  Suerte que junto a estas noticias trágicas aparecen  anuncios de viajes de ensueño, codiciables vehículos y electrodomésticos que te hacen la vida más fácil, las absorbentes noticias deportivas, junto con algún que otro cotilleo intrascendente que nos ayuda a relativizar tanta tragedia.

Como me gustaban las películas de monstruos. Dos horas de emociones intensas, seguidas de un gran alivio para  salir del cine  y  revivir en nuestros juegos las emocionantes escenas. Era  un mundo infantil en el que lo monstruos sólo existían en la pantalla y en nuestra imaginación…, al menos, eso creíamos.
   
Perdonad, esta es mi parada.  Tened un buen día y procurad alegrar el de los demás, en la medida de vuestras posibilidades.
PD 1.- a veces también compro la prensa, no siempre  leo “de gorra”.

PD 2.- Llevo todavía en la retina uno de los titulares. La operación aliada en  Libia se denomina  “Amanecer de la Odisea”. Un poco más y me tienen que pagar derechos de autor.

8 comentarios:

  1. Llévate un Mortadelo al metro, empezarás el día de mucho mejor humor, e igual, por contagio se llena el vagón de axterix, sacarinos y malvados iznogouzs queriendo ser califas en lugar del califa

    Me ha gustado mucho lo de "el rey Kong" :)

    Un beso, Ulises, eso de los derechos de autor si que deberías mirarlo, sí.

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  2. Hola Alma. Gracias por el consejo, pero sin mi tazita de preocupación por la situación mundial por las mañanas no soy persona. Mortadelo, Axterix y los malvados Iznogous ya tienen su propio hueco, por supuesto.

    Un beso igualmente y sí, pienso demandar a todo el alto mando de la OTAN.

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  3. Hola, Ulyses,

    nunca había esrito en tus blogs, ni en este ni en el anterior, pero te leo, te sigo desde la aparición de V.M, y tus comentarios en el foro de T5.

    Tu crónica me ha recordado un poco, por la ambientación, a una canción de Ismael Serrano, no sé si la conoceras, "Recuerdo".

    A parte de eso, Eduardo Galeano ya dijo que "la violencia engendra violencia, pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo." Es lo que hay, lo que nos da este mundo nuestro. Pero en la medida de nuestras posibilidades, también está en nuestra mano cambiarlo, cambiar los modos, las maneras, la realidad más cercana a nosotros. Podemos generar un efecto mariposa, la suma de muchos efectos mariposa, que cambien este, nuestro terrible y maravilloso mundo.

    Fukushima, un nuevo Hiroshima, victimas directas y victimas colaterales de un liberalismo, un capitalismo atroz. Aquella vez, en forma de bomba "justificada" por una guerra, máquina de hacer dinero; esta vez, recesión mundial, reducción de costes, mala gestión, mantenimiento preventivo reducido a la mínima, la máquina tiene que seguir haciendo dinero.


    No obstante, me alegro de que vuelva a amanecer en Itaca.

    María

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  4. Hola Maria, bienvenida y muchas gracias por dejar tu comentario en este atardecer.

    Sí, conozco la canción de Ismael Serrano y tienes razón en que hay bastante coincidencia en el escenario en el que se desarrollan ambas "letras", pero la verdad es que no la tenía en mente cuanto escribí la entrada. Supongo que para los que sufrimos el metro a diario es una imagen bastante habitual que evoca unas sensaciones parecidas.

    Totalmente contigo en cuanto al efecto mariposa. La verdad es que es poco lo que cada uno de nosotros puede hacer para mejorar una situación a una escala tan grande, salvo denunciarla y quejarnos por los medios de que disponemos, eso sí, como dice Alma, sin malhumorarnos ni perder la sonrisa.

    Eso sí, en nuestra mano está el hacer el mundo más agradable a quiénes están proximos, especialmente a las personas que queremos y eso no deja de ser un efecto beneficioso sobre la humanidad.

    Ya sabes, esta es tu casa. Espero que nos leamos a menudo. Hasta pronto María.

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  5. Y bueno, amigo Ulyses, ahí están: los lestrigones, el irritado Poseidón... y sobre todo los cíclopes. ;)

    Un abrazo grande y a hacer lo mejor que podamos desde nuestro lugarcito. :D

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  6. Atínadisimo comentario, amigo Risk, ¿Cómo me pude olvidar de ellos?.Será cuestión de mantener elevado el pensamiento y que una selecta emoción embarguen espíritu y cuerpo. Es lo que intentamos cada día. Dicho de otra manera, que no decaiga el buen ánimo y como tú dices que hagamos lo que podamos.

    Un enorme abrazo. :D

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  7. Ya en Chernobil fueron muchos los "kamikazes" que lucharon contra el desastre, y evitaron que se extendiera a todo el mundo a costa de su vida y siendo conscientes de ello. Pilotos y tripulantes de helicopteros que se acercaban a intentar apagar el mama blanco del reactor, mineros que intentaban acceder al mismo por debajo, y muchos otros.

    Nada es 100% seguro, el problema de la nuclear es que lo fallos se pagan muy caro.

    ¿pero quien esta dispuesto a apagar el interruptor de la luz?

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  8. Hola Sub :)

    Coincido contigo en casi todo. La verdad es que a muchos de los "voluntarios" de Chernobil no les dijeron la verdad sobre los posibles efectos, hubo un gran nivel de secreto hacia la población, hacia el exterior y hacia los propios héroes que se dejaron allí la vida. Es un ejemplo más de "unos cuantos haciendo tanto por tantos". Eso no quita un apice de mérito y de reconocimiento hacia la labor y el sacrificio de unas personas que tuvieron que enfrentarse a algo que les sobrepasaba sin la protección ni los medios adecuados. En todo caso, abunda en la idea de que cuando tienes que recurrir a este tipo de sacrificio es que la situación se ha escapado completamente de control.

    Efectivamente, nada es 100% seguro, pero hay cosas mucho más peligrosas que otras. Tienes razón, la apuesta nuclear es muy peligrosa por los efectos que tiene un fallo y los fallos, según lo visto, se producen. En todo caso han pasado más de 70 años desde el desarrollo de la energía nuclear, tiempo más que suficiente para desarrollar energías alternativas. El problema es que además las centrales envejecen y los residuos aumentan.

    Quizá la solución sea esa, apagar más y más veces el interruptor.

    Un abrazo

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